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De la investigación a la práctica: dos investigadoras impulsan desde Sevilla un cambio en la justicia penal europea
Esther Montero es jurista de Instituciones Penitenciarias y tiene “un pie en la academia” como doctora de Criminología. Pilar Martín, por su parte, es una apasionada del sistema jurídico que pertenece al mundo de la academia como catedrática de Derecho Procesal en la Universidad de Sevilla. Ambas, “entusiastas de la vida”, comparten inquietudes y la convicción de que las investigaciones académicas deben tener “una aplicación práctica”.
Esa perspectiva es la que inspira su participación en el proyecto EPHESUS financiado por la Comisión Europa, que tiene el objetivo de dar a conocer instrumentos de cooperación jurídica internacional alternativos a la Orden de Detención y Entrega Europea (OEDE), también conocida como euroorden. El equipo de investigación formado por Pilar Martín y Esther Montero, junto al profesor César Villegas, ha constatado que en los últimos años se ha producido un uso “desproporcionado” de la OEDE, en detrimento de otros instrumentos que podrían resultar menos aflictivos para la persona reclamada o condenada.
Al trabajar sobre el terreno, la doctora Montero ha podido comprobar el impacto que puede tener una euroorden en personas con arraigo social en España que son reclamadas por otro estado para cumplir condena: “Se le limitan las posibilidades de reinserción social porque en ese otro país no tiene vínculos”, explica esta jurista y criminóloga “de vocación”. Partiendo de esa investigación que lidera la Universidad de Sevilla, el proyecto en el que participan también profesionales de Grecia, Portugal, Bulgaria y Rumanía se centra en “garantizar la difusión de esos resultados en las personas clave”.
“Si los operadores jurídicos no saben que existen otras alternativas difícilmente las pueden aplicar”, explica Pilar Martín, quien es responsable de este proyecto europeo en España. La clave, por tanto, radica en la concienciación. “Todo empieza por concienciar a los operadores jurídicos”, destaca Esther Montero. Por eso, el proyecto incluye diferentes actividades y encuentros internacionales, donde se reúne a abogados, fiscales y jueces de distintos países, pues son quienes pueden llevar a la práctica el conocimiento recogido en las investigaciones.
“Otra forma de hacer las cosas”
Desde ese enfoque práctico, del proyecto también fomenta la creación de redes de contacto entre profesionales de países como Grecia, Portugal, Bulgaria y Rumanía: “El objetivo es poner en contacto a las personas clave porque muchas veces nos enfrentamos a problemas que se pueden resolver fácilmente si conoces a las personas adecuadas”, asegura la jurista experta en extranjería.
Para ambas investigadoras, este tipo de actividades son una forma “muy eficaz” de transmitir el conocimiento por su efecto “bola de nieve”: “A medida que aumenta la concienciación, crece el uso de esos otros instrumentos jurídicos menos aflictivos”, como la Decisión Marco 909, que permite el reconocimiento mutuo de sentencias para que una persona pueda cumplir su condena en el país donde reside y tiene arraigo, reduciendo la afectación de los derechos fundamentales y procesales del condenado.
En definitiva, se trata de “sembrar” una semilla de cambio en el seno de los sistemas de Ejecución Penal “y dejar que desarrolle”, empezando por concienciar a los agentes que lo integran. “Lo importante es conseguir que se paren y piensen: hay otra manera de hacer las cosas”, reflexiona Esther Montero, pensando en el beneficio de los usuarios del proceso judicial. Las dos confían en que “a partir de este proyecto muchos profesionales del ámbito jurídico reflexionarán sobre la utilización de instrumentos alternativos a la OEDE antes de recurrir a una euroorden”.
Un equipo “en racha”
El porcentaje de éxito de este tipo de proyectos europeos es de un 2% y el equipo de la Universidad de Sevilla formado por Pilar Martín Ríos, Esther Montero Pérez de Tudela y César Villegas Delgado ha conseguido dos en dos años. Además del EPHESUS, la Comisión Europea acaba de concederles el proyecto EUROProspects, que da continuidad al primero tratando de mejorar la aplicación de otros instrumentos de reconocimiento mutuo.
“Estamos en racha”, bromea la doctora Martín, la responsable de este proyecto en España, convencida de que la fórmula de éxito de estos proyectos radica en su enfoque práctico. “No interesa un estudio teórico que quede en un cajón, sino que buscamos que se traduzca en formación e información para quienes tienen que aplicarlo”, explica quien es también directora del departamento de Derecho Procesal en la Universidad de Sevilla.
A partir de ahí, la garantía de que salga bien es “contar con un equipo con el que trabajar a gusto”. Teniendo tanto trabajo, la clave está en que “nos sepamos repartir bien las tareas, nos complementemos y nos entendamos muy bien”. Esta complicidad fue evidente desde que Esther conoció a Pilar y descubrió que era otra “entusiasta” como ella. “Pilar me transmitió mucha motivación y ganas de trabajar”, recuerda ahora la jurista de instituciones penitenciarias, quien fue la que le propuso a la catedrática sumarse al proyecto EPHESUS.
La experiencia ha sido transformadora, especialmente para la profesora Martín, pues es la primera vez que participa en un proyecto europeo de esta envergadura: “He entrado en una Liga que no conocía y donde se trabaja muchísimo, pero está siendo el trabajo más provechoso que he hecho en mi vida porque le ves la traducción práctica de todo, te permite explorar otras realidades y establecer vínculos científicos y académicos que te enriquecen al máximo”.
Ya no puedes parar
Ambas coinciden en que este tipo de proyectos exigen un gran esfuerzo profesional y personal, Martín es también directora de su departamento y madre de dos niños, por lo que en un principio pensó “uno y no más porque no voy a poder con todo”, y ya va por el segundo. “Al final te pica la curiosidad y sigues para adelante porque descubres otra forma de trabajar que es muy gratificante”, reconoce la profesora de Derecho Procesal.
Su compañera Montero, por su parte, valora especialmente lo que está aprendiendo como jurista y especialista en extranjería: “Aunque ya tenía nociones de base, este proyecto me ha permitido conversar con jueces, fiscales y abogados que me aportan muchísimos conocimientos prácticos que puedo aplicar en mi día a día”. A nivel personal, “siento una gran satisfacción por contribuir a mejorar el sistema de justicia penal”.
Con todo, reconocen que un proyecto de estas características supone un reto personal, especialmente para las mujeres. “Para mí, mi rol de madre es tremendamente importante y cada hora que le dedico a un proyecto de este tipo me hace plantearme si merece la pena, si estoy quitándole tiempo a mi familia... Pero creo que el mensaje que transmito a mis hijos es mucho más positivo: se puede ser mamá y una buena profesional, hay que intentar trabajar para mejorar las cosas”, defiende Esther Montero.
Al final, Esther Montero y Pilar Martín son, ante todo, “entusiastas de la vida” y creen en que su trabajo puede contribuir a mejorar el sistema de justicia. Por eso, confían en que la semilla que están plantando con su esfuerzo en EPHESUS y EUROProspects va a servir para inspirar a otros profesionales y cambiar la realidad demostrando que “hay otras alternativas”.
Esther Montero es jurista de Instituciones Penitenciarias y tiene “un pie en la academia” como doctora de Criminología. Pilar Martín, por su parte, es una apasionada del sistema jurídico que pertenece al mundo de la academia como catedrática de Derecho Procesal en la Universidad de Sevilla. Ambas, “entusiastas de la vida”, comparten inquietudes y la convicción de que las investigaciones académicas deben tener “una aplicación práctica”.