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La ruta imprescindible durante la floración del Valle del Jerte: una cascada espectacular entre cerezos
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Naturaleza en primavera

La ruta imprescindible durante la floración del Valle del Jerte: una cascada espectacular entre cerezos

Cada año, la floración de más de un millón de cerezos convierte este rincón extremeño en uno de los destinos más impactantes para el turismo de naturaleza en primavera

Foto: Cascada del Caozo (Wikimedia/Ytha67)
Cascada del Caozo (Wikimedia/Ytha67)

Con la llegada de la primavera, el Valle del Jerte vive su transformación más esperada: la floración escalonada de sus cerezos, un fenómeno que tiñe de blanco y rosa los bancales que se extienden entre gargantas, pueblos y senderos de montaña.

Uno de los itinerarios más recomendados durante esta época es el que conduce hasta la Cascada del Caozo, un salto de agua de más de 30 metros de altura enclavado en la Garganta Bonal, entre Valdastillas y Piornal. Su cercanía a la carretera lo convierte en un enclave accesible para todos los públicos, pero quienes opten por recorrer el camino a pie encontrarán una experiencia más rica y envolvente. El entorno, dominado por robles, cerezos y fresnos, se presenta especialmente vistoso en estos días, cuando la floración se encuentra en pleno apogeo.

La espectacular belleza de la Cascada del Caozo ha captado la atención de muchos usuarios en redes sociales, después de que tiktokers como @davidgp.80 la hayan destacado en sus contenidos.

Es muy recomendable descubrirla, y aún más en esta época del año, mediante la ruta homologada SL-CC 32, con punto de partida y llegada en Valdastillas y con una longitud de unos siete kilómetros. Se trata de un itinerario circular, de dificultad baja y bien señalizado para senderistas, que combina tramos de pista cementada con sendas entre robledales y huertos de frutales, y que puede completarse en dos horas y cuarto. Nada más cruzar el primer puente sobre la garganta, el sendero asciende suavemente y pronto ofrece vistas directas a la caída del agua, visible desde una pasarela metálica instalada a pocos metros de la base de la cascada.

Foto: Floración en el Valle del Jerte (EFE/Eduardo Palomo)

Un recorrido entre agua y floración

A medida que se avanza, la ruta discurre entre tramos llanos y zonas de descenso suave, lo que permite disfrutar del paisaje sin exigencias físicas elevadas. Tras cruzar un segundo puente, el regreso se realiza por una pista que pronto se convierte en una estrecha vereda que atraviesa un robledal y desemboca de nuevo entre bancales de cerezos. En días de floración, los pétalos tiñen de blanco los márgenes del camino y el sonido del agua acompaña al visitante hasta el final del trayecto. A lo largo del camino, pueden verse también otras cascadas cercanas, como la del Calderón o la garganta de Marta, accesibles desde rutas secundarias.

Este sendero es especialmente recomendable para quienes buscan combinar la observación del fenómeno floral con el contacto directo con el paisaje. La proximidad del agua, la frondosidad del entorno y la presencia de cerezales en flor convierten esta experiencia en uno de los recorridos más completos para quienes visitan el Valle del Jerte durante la primavera. El acceso en coche hasta la zona también está permitido, aunque los vehículos grandes deben estacionar antes del desvío por limitaciones de acceso a la pista que conduce al enclave.

Con la llegada de la primavera, el Valle del Jerte vive su transformación más esperada: la floración escalonada de sus cerezos, un fenómeno que tiñe de blanco y rosa los bancales que se extienden entre gargantas, pueblos y senderos de montaña.

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