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Oriente Medio

Matan a tiros en Irán a dos importantes jueces del Tribunal Supremo

Los magistrados eran conocidos por sus duras sentencias contra disidentes políticos, activistas y minorías del país

Patrullas policiales en Teheran.
Patrullas policiales en Teheran en imagen de archivo.E.M.
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Dos jueces del Tribunal Supremo de Irán han sido asesinados y un guardia de seguridad ha resultado herido este sábado en el centro de Teherán, en un ataque armado dentro del tribunal que el presidente del país, Masoud Pezeshkian, calificó de "terrorista e inhumano". El portavoz del Poder Judicial, Asghar Jahangir, informó de que una persona armada con una pistola entró en la oficina donde se encontraban los dos jueces y les disparó. El atacante se suicidó poco después del asalto y, por el momento, su identidad y los motivos de la agresión no han sido revelados. La Fiscalía General ordenó una investigación inmediata sobre el asalto.

Los jueces asesinados dirigían ramas diferentes del Tribunal Supremo. Se trataba de Mohammad Moghiseh y Ali Razini, que ya había sobrevivido a un intento de asesinato en 1998, con un ataque con bomba incrustada en su coche. "Participaban activamente en la lucha contra delitos de seguridad nacional, espionaje y terrorismo", señaló la judicatura en un comunicado. "El año pasado el Poder Judicial realizó amplios esfuerzos para identificar espías y grupos terroristas, una medida que provocó ira y resentimiento entre los enemigos", aseguró Jahangir. El portavoz del Poder Judicial aseguró que los casos judiciales que trabajaban ambos jueces están relacionados con Israel y la oposición iraní "apoyada por Estados Unidos", aunque no dio más detalles sobre qué relación podrían tener con los ataques.

Por otro lado, medios de comunicación opositores y organizaciones de derechos humanos señalaron que ambos jueces eran conocidos por sus duras sentencias contra disidentes políticos, activistas y minorías del país. Sobre Moghiseh pesaban sanciones estadounidenses desde el año 2019 por haber "supervisado innumerables juicios injustos, durante los cuales los cargos no se fundamentaron y las pruebas fueron ignoradas", según señala el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Según la organización de derechos iraní HRI, ambos jueces estaban implicados en "crímenes contra la humanidad por las masacres de prisioneros políticos en la década de 1980, que continuaron hasta sus últimos días con sentencias de muerte contra disidentes en el Tribunal Supremo".

Las investigaciones preliminares sobre el ataque señalaron que el autor no tenía antecedentes en el Tribunal Supremo ni tampoco tenía tarjeta de visita, por lo que por el momento se desconoce cómo logró acceder al edificio. La emisora Fars News, cercana a la Guardia Revolucionaria iraní, aseguró que el atacante era un camarero que trabajaba en el edificio. Sin embargo, la oficina central de medios judiciales señaló que el atacante irrumpió en el edificio y aparentemente no tenía ningún vínculo laboral con los jueces.

"Sin duda, se trata de una gran pérdida para el Poder Judicial. Se trataba de personas capaces que se mantuvieron firmes frente a la inseguridad y las amenazas a la estabilidad del país", aseguró en un comunicado el vicepresidente del Comité Judicial del Parlamento, Mohammad Taghi Naghdali.

Poco después del ataque, funcionarios cercanos al Gobierno calificaron el acto de "conspiración selectiva" contra la unidad nacional y de intento de "socavar la unidad del pueblo". "Cada vez que aparece un rayo de esperanza y progreso hacia la resolución de problemas, los enemigos de Irán recurren a la violencia, llevando a cabo asesinatos selectivos e hipócritas, como el sangriento ataque de hoy", declaró el asistente de asuntos sociales de la Presidencia, Ali Rabiei.